Las raíces, semillas, hojas y corteza del Sweetsop contienen ácido cianhídrico, anonaína, quinona, taninos, escamocina y saponina, todos ellos suficientemente tóxicos para producir un insecticida eficaz. El ácido cianhídrico por sí solo es potencialmente mortal, ya que produce cianuro de hidrógeno cuando se digiere, y es un irritante cutáneo grave. Desgraciadamente, las semillas son las más venenosas, y se encuentran justo en la pulpa de la tentadora fruta, de olor y sabor dulces. Por tanto, es muy fácil que los niños ingieran accidentalmente las semillas. Los síntomas de intoxicación son palidez azulada, escalofríos, dificultad respiratoria, dolor de cabeza intenso, náuseas, vómitos, disminución del ritmo cardiaco y, finalmente, insuficiencia cardiaca. La exposición cutánea a las hojas machacadas o al aceite de las semillas puede causar erupciones. Si el aceite de las semillas entra en contacto con los ojos, puede causar irritación grave y una afección conocida como queratoconjuntivitis tóxica. Mantenga alejados de esta planta a los niños y a las personas con discapacidad cognitiva.