Contrariamente a sus instintos de jardinero, una bugambilia cultivada disfruta con riegos poco frecuentes. Esto se nota mejor en su región nativa, donde florece con más fuerza en años con periodos de sequía. Por otro lado, si se riega demasiado, la bugambilia seguirá teniendo un follaje muy sano, pero puede acabar sucumbiendo a la podredumbre de las raíces. Intente regar la planta con regularidad mientras se está estableciendo y luego reduzca la frecuencia una vez que la planta madure.