La algodón de seda contiene una serie de toxinas que causan enfermedades graves o incluso la muerte cuando se ingieren. También provoca dermatitis cutáneas como enrojecimiento, picor y ampollas al contacto con la piel. Todas las partes de la planta son venenosas, pero las raíces y los tallos contienen las mayores concentraciones de compuestos nocivos. Los síntomas más comunes de la intoxicación interna comienzan con dolor ardiente en boca, labios y lengua, así como hinchazón y ampollas, seguidos de trastornos gastrointestinales graves (vómitos, cólicos y diarrea), debilidad, salivación, irregularidades cardiacas y bradicardia, y shock. Los casos más extremos pueden acabar en colapso y muerte. Dado que la algodón de seda se utiliza a menudo como planta de interior u ornamental en jardines, los niños pequeños pueden masticar la planta, por lo que se recomienda especial precaución.