No soporta las fuertes heladas, y necesita suficiente luz para desarrollarse. Produce brotes en las orillas de las propias hojas y cuando caen, se fijan a la tierra, por lo que el espinazo del diablo se considera una planta invasora que bloquea el crecimiento de otras plantas a su alrededor. Por esa cualidad también se lo conoce como “siempre viva” y “madre de miles”.