Un arbusto de frutas tropicales conocido por su distintivo crecimiento en forma de seto y hojas anchas, ciruela forastera prospera con la poda periódica. El momento óptimo para podar es en invierno, después de la cosecha, cuando el letargo ayuda a la recuperación y garantiza un crecimiento robusto en primavera. La poda regular mantiene la forma, el tamaño y fomenta la producción de frutas. Elimina madera muerta o enferma, aclara ramas abarrotadas y recorta el exceso para mejorar la circulación de aire. La poda no solo mejora la producción sino también previene las plagas y enfermedades comunes.
Técnicas de poda