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Oídio
El oídio es un moho blanco que aparece sobre las hojas. Puede ser limpiado mecánicamente.
Soluciones: Debido a que las esporas del oídio son transportadas por el viento, puede ser difícil detener completamente la propagación del hongo. Afortunadamente, existen diversos y sencillos tratamientos para aquellas plantas que están mostrando síntomas: Si el oídio parece estar afectando hojas o tallos aislados, estas se pueden, simplemente, recortar y desechar. Desinfecta las herramientas de poda tras hacerlo. Retira cualquier residuo vegetal del suelo alrededor de las plantas infectadas y deséchalo en la basura. Luego, cubre el suelo con una capa gruesa de mantillo para limitar la reinfección. Se ha descubierto que los aerosoles de leche son útiles para controlar el oídio. Prepara un spray con un contenido del 60 % en agua y un 40 % de leche y empléalo sobre las plantas afectadas. Este método puede ser usado también como medida preventiva. En los casos en los que el oídio esté más extendido, las plantas pueden ser rociadas con un fungicida suave con base de azufre o cobre, o una solución no tóxica compuesta por bicarbonato de sodio y jabón. Los aerosoles pueden resultar útiles en aquellas áreas que se han infectado recientemente, aunque son menos eficaces contra infecciones bien asentadas. Si es posible, intenta trasplantar las plantas a un lugar más soleado. Aunque el oídio se desarrolla bien en condiciones calurosas y secas, no puede reproducirse sin un poco de humedad. Poner las plantas bajo una luz solar más directa puede ayudar a detener la propagación del hongo. Podar la plantas muy compactas puede ayudar a incrementar el flujo de aire, lo que previene la reproducción del hongo.
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Insectos chupadores de savia
Los insectos chupadores de savia pueden crear grupos fuertemente apiñados de pequeños puntos amarillos o blancos sobre las hojas.
Soluciones: Estos insectos pueden ser difíciles de detectar, puesto que suelen ser pequeños y situarse en partes de la planta ocultas a la vista. Si se aprecian signos de infestación, deben seguirse los siguientes pasos para erradicarla tempranamente: Eliminar manualmente los insectos y especialmente sus cúmulos de huevos. Para ello puede utilizarse un trapo con agua jabonosa que ayude a despegarlos, revisando especialmente el reverso de las hojas y los brotes nuevos Utilizar un insecticida en espray que destruya estos insectos. Una mezcla de aceite de neem y jabón potásico, aplicado de acuerdo a las instrucciones del fabricante, resulta una excelente opción orgánica. Introducir predadores naturales de estos insectos, como las mariquitas y las mantis, es la mejor solución a largo plazo para prevenir infestaciones de insectos chupadores de savia. Estos depredadores pueden ser adquiridos comercialmente e introducidos en el jardín, a la par que se les provee de un hábitat adecuado (cultivando una variedad de especies de plantas, por ejemplo).
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Cerambícidos
Los longicornios son insectos de tamaño mediano a grande, con largas antenas y fuertes mandíbulas. Tanto adultos como larvas mastican los troncos de los árboles, dejando pequeños agujeros redondos.
Soluciones: Algunas especies de cerambícidos son insectos nativos, causan poco daño y no requieren de un control específico. Sin embargo, hay otros cerambícidos que son plagas invasoras introducidas desde otras áreas. Estas especies pueden causar un gran daño a los árboles de madera dura. Aplica un insecticida que contenga imidacloprid en forma de inyección en el suelo o el tronco siguiendo las instrucciones del producto. Este quedará introducido en los nuevos brotes y eliminará a los adultos que se alimentan del follaje del árbol. Si bien no ayuda a aquellos árboles ya infestados por grandes cantidades de larvas, salva a aquellos que se encuentran cerca del ejemplar infestado. Ponte en contacto con un técnico para conocer los métodos de control idóneos para lidiar con los árboles infectados. Para controlar adecuadamente a los cerambícidos, todas las plantas hospedantes del área deben ser tratadas. Ponte en contacto con un técnico local o una agencia estatal. Realizar un seguimiento de la propagación de los longicornios es fundamental para su control.
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Falta de riego
Las hojas pueden marchitarse por una variedad de razones.
Soluciones: La forma más fácil (y más obvia) de tratar la falta de riego es hidratar completamente la planta. Sin embargo, esto debe hacerse con cuidado. Un error común que cometen muchos jardineros es asfixiar sus plantas en agua. Esto puede abrumar las raíces de la planta y afectar su sistema, algo que puede ser incluso más dañino que la falta de agua. En su lugar, riega a fondo y lentamente, tomando descansos para dejar que el agua se sature poco a poco a través del suelo para llegar a las raíces. Usa agua a temperatura ambiente, ya que el agua fría puede causar un shock. En el futuro, acorta el tiempo entre riegos. Una buena regla general es revisar la tierra alrededor de cada planta diariamente. Si está seco al menos a cinco centímetros de profundidad, es hora de regar. Si una planta en maceta se seca muy rápido repetidamente, puede ser una buena idea trasplantarla a un macetero de drenaje más lento.
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