Las flores y frutos solo crecen en nuevas ramas, por lo que es indispensable podar la planta para favorecer la germinación de nuevas ramas. Se recomienda realizar la poda antes de principios de primavera, aunque el invierno es el mejor momento para hacerlo. Además de podar las hojas viejas, amarillas, secas y enfermas, cada año se debe retirar un tercio de las ramas viejas. De esta manera, no solo favorecerás el crecimiento de la planta, sino también su floración y fructificación. Una vez realices la poda, puedes atar las ramas con cuerdas, sobre todo en regiones frían donde la nieve y el hielo puedan dañarlas.