¿Por qué tengo que abonar mi Amapola alpina?
La fertilización es importante para Amapola alpina por varias razones generales. Principalmente, la fertilización ayuda a Amapola alpina y a otras plantas proporcionándoles nutrientes clave que ayudan a la planta a crecer tanto por encima como por debajo del suelo. Sin embargo, las necesidades generales de fertilización de una Amapola alpina son relativamente bajas. A veces, una Amapola alpina puede sobrevivir bien sin fertilización. Sin embargo, la fertilización anual puede ser muy beneficiosa para la Amapola alpina, ya que ayudará a mantener viva la planta y también puede animar a su Amapola alpina a crear mejores flores que duren más tiempo. Por lo tanto, las personas interesadas en que su Amapola alpina luzca lo mejor posible deberían fertilizarla anualmente.
¿Cuál es el mejor momento para abonar mi Amapola alpina?
El momento ideal para abonar un Amapola alpina es entre finales del invierno y principios de la primavera. Durante ese tiempo, su Amapola alpina saldrá de su fase de letargo y entrará en una fase de crecimiento activo. La fertilización en este momento permite que la planta tenga un buen comienzo de temporada al fomentar un crecimiento sano. Aunque por lo general es más ventajoso abonar una Amapola alpina durante el comienzo de la primavera, también se puede abonar una Amapola alpina durante el otoño. Sin embargo, el verano y el invierno siguen siendo las estaciones en las que no conviene abonar una Amapola alpina.
¿Cuándo debo evitar abonar mi Amapola alpina?
No debe abonar su Amapola alpina en ninguna época del año, excepto a finales del invierno y principios de la primavera. Las bajas necesidades de fertilización de esta planta permiten que baste con una única alimentación anual. Seguir abonando durante la primavera, el verano y el otoño puede conducir fácilmente a una fertilización excesiva y a todas las complicaciones que ello puede acarrear. La única excepción es si no fertilizó en primavera, lo que significa que está permitido alimentar esta planta en otoño. Además de abstenerse de fertilizar durante la mayor parte de la temporada de crecimiento, tampoco hay razón para fertilizar esta planta durante el invierno. En invierno, la Amapola alpina estará en una fase de crecimiento latente, lo que significa que no produce nuevos brotes. Por lo tanto, no es aconsejable abonarla durante la mayor parte del invierno.
¿Qué tipo de abono necesita mi Amapola alpina?
Casi cualquier tipo de fertilizante de uso general con una cantidad equilibrada de los tres nutrientes principales para las plantas funcionará bien en Amapola alpina. Sin embargo, hay algunas mezclas específicas de nutrientes que pueden ser aún más beneficiosas. Por ejemplo, muchos jardineros creen que una mayor cantidad de fósforo fortalece las raíces y mejora las flores. Puesto que Amapola alpina es una planta de floración, aplicar un abono rico en fósforo puede ser lo más adecuado. Puedes utilizar un fertilizante granulado o líquido, siempre que contenga muchos nutrientes. Aparte de los fertilizantes manufacturados, también puedes utilizar medios más orgánicos para mejorar el suelo de tu Amapola alpina. Principalmente, el compost, el estiércol y otros materiales similares pueden contribuir en gran medida a crear un medio de cultivo saludable para tu Amapola alpina.
¿Cómo abono mi Amapola alpina?
La forma más habitual de abonar una Amapola alpina es aplicar un fertilizante granulado o en pellets a la tierra que rodea la planta. Recuerde que el momento ideal para abonar es cuando la planta sale de su fase de crecimiento latente invernal y entra en una fase de crecimiento activo. A principios de la primavera, espere a que la planta empiece a enviar brotes a través del suelo y, a continuación, aplique el abono. Algunas personas pueden optar por utilizar un fertilizante líquido en lugar de uno granulado. En ese caso, deberá diluir el abono con agua antes de aplicarlo. Independientemente de si utilizas abono granulado o líquido, siempre es mejor humedecer la tierra antes, durante y después de aplicar el abono.
¿Qué ocurre si abono demasiado mi Amapola alpina?
Cuando cuide su Amapola alpina, recuerde que esta planta no necesita mucho abono cada año y que empezará a sufrir si recibe demasiado. En primer lugar, cualquier planta abonada en exceso corre el riesgo de quemarse con el abono, una afección en la que cantidades excesivas de abono extraen los nutrientes y la humedad de las raíces de la planta, provocando su declive. Además, abonar en exceso una Amapola alpina también debilita la planta y aumenta las probabilidades de que contraiga enfermedades. También existe la posibilidad de que la fertilización excesiva haga que la Amapola alpina florezca menos o no florezca en absoluto, lo cual es un perjuicio importante teniendo en cuenta que la floración de esta planta es lo que la hace tan valiosa y buscada por tantos jardineros.
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