Romaza alpina Debe su nombre común a su efecto regulador sobre el aparato digestivo, que es similar al del ruibarbo, pero más suave. Romaza alpina puede, por tanto, consumirse de forma similar a las espinacas. Sin embargo, hay que consumirla con precaución, ya que tiene un alto contenido en ácido oxálico y, si se cultiva en estado silvestre, puede haber sido tratada con pesticidas.