Consejo nº 1: No deje su planta cerca de ventanas en los meses más fríos Si quieres asegurarte de que tu planta no está expuesta a temperaturas más frías, es mejor que la mantengas alejada de las ventanas. En los meses más fríos, como el final del otoño y el invierno, incluso la más pequeña corriente de aire puede filtrar aire frío en su casa a través de las grietas de las ventanas. Aunque este aire suele disiparse y calentarse a medida que se desplaza por la casa, las plantas situadas cerca de la ventana se verán afectadas. Traslade sus plantas tropicales a una zona donde reciban luz brillante pero indirecta, asegurándose de que no se vean afectadas por posibles corrientes de aire. Consejo nº 2: Si encuentra manchas secas, su planta puede estar recibiendo demasiada luz solar o calor Puede que notes que las hojas se vuelven blancas o incluso se chamuscan en un día soleado. Estas decoloraciones y marcas inusuales suelen indicar que una planta está recibiendo demasiado calor o luz solar, y puede estar deshidratada. El exceso de luz y calor reseca el suelo, impidiendo que las plantas obtengan la humedad que necesitan para sostener su estructura celular. También ralentiza o detiene el proceso de fotosíntesis, dificultando aún más el crecimiento. Si se ignoran durante demasiado tiempo, estas manchas secas pueden extenderse y acabar provocando la muerte de las plantas. Consejo nº 3: Evite las heladas a toda costa Las temperaturas más frías y las heladas pueden dañar sus plantas al provocar cristales de hielo o interrumpir la actividad fisiológica normal. Esto hace casi imposible que el agua se mueva libremente por el tejido vegetal, creando un déficit de humedad en sus tallos y hojas. Puedes saber si una planta ha sido dañada por las heladas si empieza a sufrir hidrosis (parecerá que está empapada de agua). Si el problema persiste, tus plantas pueden empezar a marchitarse y adquirir un tono marrón oscuro o negro. Después, es casi seguro que la planta morirá.