La hierba de Santa Lucía ha incrementado su población en Argentina y en Chile, donde han sido catalogadas como maleza invasora. Aunque no es una especie agresiva o nociva, presenta un gran éxito ecológico en los sistemas agrícolas donde suele aparece durante la siembra y el crecimiento de los cultivos de verano. La hierba de Santa Lucía se da en plantaciones de arroz, soja, maíz, café, caña, cítricos, plantas ornamentales y bananeros. Se trata de una maleza que posee una gran tasa de reproductividad por medio de semillas y rizomas y con resistencia al ciertos herbicidas. Así, la principal problemática que trae es fitosanitaria, por ejemplo, puede facilitar la introducción de plagas en dichos cultivos.

Una vez que las malezas comienzan a florecer y fructificar, será difícil controlarlas de manera efectiva. De hecho, el mejor momento para eliminar las malas hierbas es antes de la floración y la fructificación porque las semillas se extenderán rápidamente después de eso. Por lo tanto, es necesario eliminar las malezas con más frecuencia y tomar precauciones con anticipación el próximo año. Acolchado: durante la etapa de siembra, cubra con aserrín, paja o acolchado negro para inhibir eficazmente la germinación y el crecimiento de las plántulas. Generalmente, este método se usa en invierno o primavera para inhibir la germinación de malezas en el suelo. Si las malezas ya han florecido y fructificado, este método puede usarse para aislar las semillas y el suelo para evitar que las semillas caigan en el suelo. Extracción: antes de que las malezas fructifiquen, use guantes o herramientas para extraerlas. Si es difícil extraer la maleza debido a la tierra seca, agregar agua al suelo ayuda a que sea más fácil eliminar las raíces a fondo. Después de sacar la maleza, se puede adoptar una labranza profunda para eliminar las raíces residuales. Este método es especialmente efectivo para malezas que están en la etapa de plántulas. Poda: Podar las malas hierbas antes de que fructifiquen puede controlar efectivamente la propagación de las malas hierbas, especialmente para las malas hierbas anuales. La poda frecuente puede inhibir el crecimiento y fructificación de las malas hierbas y efectivamente en el mismo año. Arado: antes del cultivo, arar la tierra, recoger y desechar las raíces de las malas hierbas perennes, luego exponerlas al sol o enterrarlas profundamente. También se puede utilizar para la extracción de abono orgánico y compostaje. Control químico: el uso de herbicidas apropiados puede eliminar eficazmente la maleza del área. Nota: Al eliminar las malas hierbas, es necesario usar guantes para evitar el contacto directo con las malas hierbas, especialmente las que son venenosas, espinosas y alergénicas. Al eliminar las malas hierbas en la etapa de floración, se deben usar máscaras especiales para evitar reacciones alérgicas causadas por la inhalación de polen.