Diagnóstico automático y prevención de enfermedades de plantas
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Hormigas de fuego
Las hormigas de fuego mastican las raíces de las plantas y son muy agresivas para con las personas.
Soluciones: Atención: Las hormigas de fuego son venenosas y causan picaduras dolorosas que pueden ser fatales en caso de padecer alergias. Las hormigas de fuego pueden convertirse en una plaga molesta para tus plantas y para ti. Mantenerlas bajo control dará tranquilidad a tu jardín. En casos de poca gravedad: Elimina físicamente los montículos. Cava y retira los montículos enteros, teniendo que cuenta que son más profundos de lo que parecen. Usa aceite cítrico. Vierte aceite cítrico, tóxico para las hormigas de fuego, por los agujeros. En casos de infestación grave: Emplea cebo para hormigas. Una solución química es aplicar cebo insecticida para hormigas de fuego en el área que rodea el montículo. Aplica el cebo durante una tarde de clima seco para que las hormigas puedan forrajear por la noche. Emplea productos que contengan Indoxacarb. Libera moscas fóridas. Introduce o atrae moscas fóridas hacia tu jardín. Estas moscas parasitarias son benéficas y atacan a las hormigas de fuego invasoras. Contrata a un profesional. Algunos cebos de hormiga solo están disponibles para exterminadores profesionales. En casos graves de infestación de hormigas de fuego, considera la posibilidad de contratar a un profesional.
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Pudrición de la hoja
Este patógeno puede provocar la pudrición de la hoja.
Soluciones: Las infecciones bacterianas deben tratarse rápidamente para evitar que se propaguen a las plantas vecinas y saludables, lo que podría acabar con grandes secciones de su jardín interior o exterior. En casos leves: Use tijeras de podar o tijeras esterilizadas (solución de lejía al 10%) para eliminar las partes infectadas de la planta, asegurándose de desecharlas fuera del sitio. Use un bactericida a base de cobre para tratar el follaje no afectado, así como el suelo y las plantas vecinas. Siga las instrucciones de frecuencia y tiempo del fabricante que se encuentran en la etiqueta del producto. En casos severos, donde más de la mitad de las hojas están afectadas: Retire todas las plantas infectadas del jardín y deséchalos fuera del sitio. Trate el suelo y las plantas vecinas con un bactericida a base de cobre. Siga las instrucciones de frecuencia y tiempo del fabricante que se encuentran en la etiqueta del producto.
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Quemadura de hojas
Las quemaduras en las hojas se presentan en forma de un resecamiento total, que hace que las hojas vayan tomando un color marrón comenzando por las puntas.
Soluciones: La solución a la quemadura de hojas dependerá de la causa, sin embargo, en general, todos los métodos de cuidados tradicionales que mejoran la salud de las plantas y la funcionalidad de las raíces reducirán los síntomas. Aplicar mantillo en la zona de la raíz (preferiblemente mantillo de virutas de madera) ayuda a retener la humedad, reduce la evaporación y promueve un entorno de raíces saludable y funcional que es fundamental para el movimiento del agua hacia las hojas. Revisa el collar de la raíz para ver si hay raíces anilladas o circulares que estrangulan el tronco y limitan el movimiento de agua y nutrientes. Protege las raíces de los árboles de los daños severos de construcciones y excavaciones cercanas. Si la causa es la quemadura por los fertilizantes, riega la tierra profundamente para eliminar el exceso de sales. Sin embargo, ten en cuenta que el escurrimiento de fertilizantes es un contaminante ambiental. Antes que nada, evitar el exceso de fertilización es la mejor opción. Si las pruebas de suelo han revelado una deficiencia de potasio, aplica un fertilizante de potasio y riega bien. Incluso si el suelo tiene suficiente potasio, las plantas no podrán absorberlo si el suelo está constantemente seco. Las ramitas gravemente afectadas se pueden quitar con un par de tijeras de podar afiladas y desinfectadas, ya que las ramas debilitadas son susceptibles a infecciones secundarias. Si tu planta tiene quemaduras bacterianas en las hojas, no hay cura. Las inyecciones de antibióticos aplicadas por un profesional pueden reducir los síntomas durante una temporada, sin embargo, los métodos de cuidados tradicionales mencionados anteriormente, son las mejores opciones para reducir los síntomas y prolongar la vida. Una planta infectada probablemente morirá dentro de diez años.
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Pulgones
Los áfidos son pequeños insectos de cuerpos en forma de pera, que aparecen en una variedad de colores semitranslúcidos. Succionan la savia de las plantas.
Soluciones: Los pulgones pueden ser controlados con medidas físicas, biológicas y químicas. Ante casos leves: Sumerge un paño en agua jabonosa y úsalo para limpiar o frotar todos los pulgones de la planta. Usa una manguera con un chorro fuerte de agua para sacarlos. Introduce en tu jardín insectos benéficos como mariquitas y neurópteros. Ante casos graves: Pulveriza las plantas con una mezcla diluida de aceite de neem y jabón insecticida siguiendo las instrucciones de la etiqueta. Aplícalo por la noche o en días nublados para evitar quemar las plantas. Retira y elimina las plantas o partes infectadas. Las plantas circundantes también deben ser tratadas para garantizar un control total de la plaga.
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Manchas marrones
Esta infección puede provocar la aparición de manchas marrones o parches en la planta.
Soluciones: En casos leves de manchas marrones, no es necesario tratar la enfermedad. Sin embargo, si gran parte del follaje se ve afectado y se produce la defoliación, la planta se beneficiará de deshacerse de la infección. Se recomienda comenzar aplicando opciones de tratamiento orgánico, avanzando hasta los fungicidas químicos sintéticos más potentes si es necesario. Las opciones orgánicas no matarán al hongo, pero evitarán que se propague. Disuelve ½ cucharadita de bicarbonato de sodio y una cucharadita de jabón líquido en un galón de agua. Con una botella de spray, rocía en la parte superior e inferior de las hojas hasta que la mezcla gotee. Repite cada dos semanas hasta que las manchas existentes dejen de agrandarse y ya no aparezcan nuevas. Rocía un jabón fungicida a base de cobre en las hojas, cubriendo las superficies superior e inferior. Vuelve a aplicar como se indica en la etiqueta del producto. El cobre penetra en la superficie de la hoja y previene la germinación de las esporas para que el hongo no se propague. Aplica un fungicida para todo uso en toda la planta, siguiendo cuidadosamente las instrucciones de la etiqueta.
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