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Manchas marrones
Esta infección puede provocar la aparición de manchas marrones o parches en la planta.
Soluciones: En casos leves de manchas marrones, no es necesario tratar la enfermedad. Sin embargo, si gran parte del follaje se ve afectado y se produce la defoliación, la planta se beneficiará de deshacerse de la infección. Se recomienda comenzar aplicando opciones de tratamiento orgánico, avanzando hasta los fungicidas químicos sintéticos más potentes si es necesario. Las opciones orgánicas no matarán al hongo, pero evitarán que se propague. Disuelve ½ cucharadita de bicarbonato de sodio y una cucharadita de jabón líquido en un galón de agua. Con una botella de spray, rocía en la parte superior e inferior de las hojas hasta que la mezcla gotee. Repite cada dos semanas hasta que las manchas existentes dejen de agrandarse y ya no aparezcan nuevas. Rocía un jabón fungicida a base de cobre en las hojas, cubriendo las superficies superior e inferior. Vuelve a aplicar como se indica en la etiqueta del producto. El cobre penetra en la superficie de la hoja y previene la germinación de las esporas para que el hongo no se propague. Aplica un fungicida para todo uso en toda la planta, siguiendo cuidadosamente las instrucciones de la etiqueta.
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Cicatrices
Cualquier marca de color más claro que aparezca sobre los tallos, pero que no crezca o se multiplique, es simplemente la cicatriz de una herida que ha sanado.
Soluciones: Las diferentes causas de las cicatrices requieren diferentes respuestas por parte del jardinero, para evitar que éstas vuelvan a suceder: Las plantas pueden ser protegidas de daño causado por humanos o animales cercándolas, o aislándolas de otras formas del acceso de éstos. Si la causa de las cicatrices es el ataque de pestes o enfermedades, debe tenerse cuidado de no volver a recrear las condiciones causantes de éstas. Las plantas que se han visto afectadas por condiciones ambientales dañinas pueden ser movidas a áreas más hospitalarias, lejos del sol excesivo o del viento fuerte. El proporcionarle suficiente luz y nutrientes a las plantas impedirá la constante pérdida de hojas y botones, cuya caída suele dejar cicatrices.
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Marchitamiento de la planta
La totalidad de la planta puede secarse debido a acronecrosis o a procesos estacionales normales de pérdida de las hojas.
Soluciones: La solución para el marchitamiento general de la planta, dependiendo de la causa de este, puede ser: Ajustar el riego para garantizar que la tierra alrededor de la planta no esté nunca ni completamente seca ni sobresaturada de agua. Podar el follaje muerto, regar y fertilizar ligeramente para animar a la planta a producir nuevo crecimiento. Trasladar la planta a un lugar adecuado, ya sea incrementando o reduciendo su exposición al sol. Reducir la aplicación de fertilizantes, sobre todo replantando en macetas nuevas con tierra nueva aquellas plantas en maceta que sufran por esta causa. Esperar a comienzos de la primavera, por si el marchitamiento se debe al comienzo del invierno. Abstenerse de regar, o regar en muy baja cantidad, mientras las temperaturas sean bajas o estén por debajo del punto de congelación.
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Oídio
El oídio es un moho blanco que aparece sobre las hojas. Puede ser limpiado mecánicamente.
Soluciones: Debido a que las esporas del oídio son transportadas por el viento, puede ser difícil detener completamente la propagación del hongo. Afortunadamente, existen diversos y sencillos tratamientos para aquellas plantas que están mostrando síntomas: Si el oídio parece estar afectando hojas o tallos aislados, estas se pueden, simplemente, recortar y desechar. Desinfecta las herramientas de poda tras hacerlo. Retira cualquier residuo vegetal del suelo alrededor de las plantas infectadas y deséchalo en la basura. Luego, cubre el suelo con una capa gruesa de mantillo para limitar la reinfección. Se ha descubierto que los aerosoles de leche son útiles para controlar el oídio. Prepara un spray con un contenido del 60 % en agua y un 40 % de leche y empléalo sobre las plantas afectadas. Este método puede ser usado también como medida preventiva. En los casos en los que el oídio esté más extendido, las plantas pueden ser rociadas con un fungicida suave con base de azufre o cobre, o una solución no tóxica compuesta por bicarbonato de sodio y jabón. Los aerosoles pueden resultar útiles en aquellas áreas que se han infectado recientemente, aunque son menos eficaces contra infecciones bien asentadas. Si es posible, intenta trasplantar las plantas a un lugar más soleado. Aunque el oídio se desarrolla bien en condiciones calurosas y secas, no puede reproducirse sin un poco de humedad. Poner las plantas bajo una luz solar más directa puede ayudar a detener la propagación del hongo. Podar la plantas muy compactas puede ayudar a incrementar el flujo de aire, lo que previene la reproducción del hongo.
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