¿Cuánta luz solar debe recibir al día Pie de lobo para crecer sano?
Pie de lobo requiere unas 6 horas diarias de luz solar directa y continua. Esto es deseable para que crezcan sanas y les ayudará a crecer más deprisa. También es posible que desee proporcionar a estas especies luz suplementaria durante el invierno con la ayuda de lámparas. Estas especies necesitan varias horas de luz solar sin obstrucciones para tener un follaje vibrante, por lo que tal vez desee colocarlas en las zonas más luminosas de su jardín o vivero de interior.
¿Qué tipo de luz solar necesita Pie de lobo?
Se adaptan a pleno sol y no suelen tolerar las zonas sombrías. Es mejor disponer de al menos 20 cm de espacio para cada planta, sobre todo si se plantan muchas, para que cada una pueda recibir mucha luz solar. En general, la Pie de lobo tiene una gran demanda de luz solar directa, plena y abundante. Durante los veranos, puedes colocarlas en el exterior, al sol de la mañana, para que tengan luz suficiente para crecer. No les va bien la luz solar parcial y no toleran la sombra filtrada o parcial. Tampoco crecen bien cuando un árbol enorme les da sombra constantemente, así que plántelas en zonas sin obstáculos.
¿Debo proteger Pie de lobo de la exposición al sol?
Los Pie de lobo nunca deben evitar la exposición al sol porque buscan y adoran la luz brillante. Les gusta tanto el sol que necesitan al menos 6 horas de exposición independientemente del clima. En algunas zonas, especialmente durante el otoño y la primavera, no necesitan protección porque requieren plena luz solar. Sin embargo, si se encuentra en un clima tropical o si el sol del verano es demasiado intenso, siempre es posible trasladar las especies en maceta al interior hasta que la temperatura vuelva a bajar. En general, no es necesario plantarlas cerca de edificios, árboles altos y otras estructuras porque necesitan pleno sol durante al menos 6 horas.
¿Qué ocurrirá si Pie de lobo no recibe suficiente luz solar?
Si la luz es insuficiente, la Pie de lobo no prosperará. El resultado será un crecimiento deficiente. Los hongos y las bacterias pueden alimentarse de los tejidos de las plantas, lo que suele ser habitual en las plantas cultivadas en zonas sombrías. Cuando las plantas reciben muy poca luz solar, tienden a volverse enjutas. Tendrán tallos más débiles porque buscan constantemente recibir luz, y esto puede dar lugar a hojas marchitas o marrones. Es posible que quieras ver si hay insectos presentes o una podredumbre del rizoma en Pie de lobo, ya que esto puede ser otra señal de que no están recibiendo suficiente luz solar. Si este es el caso, colócalas en otra zona donde reciban luz brillante y directa para ver si se nota la diferencia.
¿Necesita Pie de lobo cuidados especiales en cuanto a la luz solar durante sus diferentes etapas de crecimiento?
Durante su fase de crecimiento, debes exponer las plantas al sol para que no tengan que estirarse y crecer hacia arriba. Así evitarás el proceso de etiolación y evitarás que los tallos de Pie de lobo se debiliten. Esto suele ocurrir con las que no reciben sol o están en una zona parcialmente sombreada cuando son jóvenes. Cuando ya están establecidos y han madurado, también hay que exponerlos continuamente a pleno sol porque necesitan la fotosíntesis para crecer más. Cuando llevan mucho tiempo en un invernadero o un vivero y decides trasladarlas a un jardín, tienes que introducirlas gradualmente a la luz brillante. Aun así, nunca hay que ponerlas de repente al calor directo, sobre todo si es a media tarde. Necesitan un periodo para adaptarse y acostumbrarse a la intensidad de la luz solar de tu zona, así que dales el tiempo que necesitan.
¿Cuánta luz necesita Pie de lobo para la fotosíntesis?
Como ya se ha mencionado, la Pie de lobo necesita de 6 a 7 horas de luz solar directa para realizar el proceso de fotosíntesis. Esto les ayuda a producir suficiente alimento para crecer. Puedes facilitarte esta tarea agrupándolas y plantándolas en el mismo lugar de tu jardín. De este modo, obtendrán la cantidad suficiente de luz para producir flores, tallos robustos y la glucosa que necesitan para alimentarse.
¿Cómo proteger Pie de lobo del sol y del calor?
Como ya se ha dicho, a la Pie de lobo le encanta el sol, pero a veces demasiado puede perjudicarla. Sin embargo, demasiada luz solar puede quemar las hojas en verano. Cuando se planta en el suelo, es posible que desee añadir a su programa de riego para que tengan protección. La exposición a las hojas puede provocar quemaduras, sobre todo cuando el sol del día es demasiado fuerte. Es muy recomendable pulverizar un poco de agua para refrescar un poco las hojas.
¿Hay alguna precaución o consejo para la luz solar y Pie de lobo?
Hay que minimizar el impacto del trasplante, sobre todo para las plantas jóvenes y recién plantadas Pie de lobo. Estas especies necesitarán tiempo para adaptarse a su nuevo entorno, pero asegúrate de elegir un lugar donde reciban toda la luz solar que necesitan. La cantidad de luz solar es importante, así como la estación del año. Riégalas durante los días más calurosos para reducir el estrés, y quizá quieras cubrir a las más jóvenes cuando las temperaturas sean extremadamente altas. Las cubiertas para hileras y las telas de sombreo pueden ser aplicables a las más jóvenes, pero las plantas maduras quizá no las necesiten, sobre todo si ya tienen raíces y tallos establecidos. Cuando veas que la Pie de lobo empieza a perder su color, puede deberse a que no está recibiendo suficiente luz solar para hacer la fotosíntesis. No hay suficiente clorofila para representar un color verde; si este es el caso, tienes que trasladarla a una zona que reciba luz solar intensa.
¿Cuál es la temperatura óptima para Pie de lobo?
La mejor temperatura para Pie de lobo depende de la época del año. Hay dos estaciones principales en las que se debe tener en cuenta la temperatura: la estación de crecimiento y la estación de reposo vegetativo. Durante la temporada de crecimiento, una vez que Pie de lobo ha empezado a brotar, la temperatura ideal debe oscilar entre 65~80℉(18~27℃). Si hace menos de 15℉(-10℃), la planta sufrirá; sus hojas se pondrán marrones y se marchitarán, pero si se trata de una ola de frío breve, Pie de lobo podrá sobrevivir con algo de ayuda. Durante las épocas más cálidas del año, Pie de lobo necesitará una protección similar contra las temperaturas demasiado altas. 95-105℉ (35-40℃) es el límite superior del rango de temperaturas de esta planta, y todo lo que supere este límite pondrá en peligro la integridad del follaje y las flores de Pie de lobo. Las temperaturas más altas pueden causar marchitamiento, caída e incluso quemaduras solares en las hojas, de las que Pie de lobo puede recuperarse con dificultad. Hay varias formas rápidas y sencillas de combatir este problema.
Requisitos de temperatura para el primer año o plantón Pie de lobo
Si éste es el primer año que su Pie de lobo crece en el exterior como planta nueva, es posible que necesite más cuidados durante los meses más fríos del año. Las heladas no solo pueden dañar más gravemente a una Pie de lobo de primer año, sino que también pueden impedir que vuelva a crecer como una planta sana en primavera. Esta planta debe mantenerse a una temperatura de 40℉(5℃) o superior cuando aún no está establecida, lo que puede hacerse metiendo la Pie de lobo en el interior durante uno o dos meses, o colocando mantillo o barreras de tela que la protejan de las heladas. También es una buena idea plantar Pie de lobo en un lugar más sombreado durante el primer o segundo año, ya que las plantas más pequeñas y débiles tienen más dificultades para mantener su propia temperatura con el calor. El primer año, Pie de lobo no debe recibir más de cinco horas de luz solar directa al día, sobre todo si la temperatura ambiente diurna supera los 80℉(27℃). La tela de sombreo y el riego frecuente o la nebulización son las claves para controlar el calor estival.
¿Cómo puedo proteger Pie de lobo de las temperaturas extremas?
Si las temperaturas son bajas (inferiores a 15℉(-10℃)) durante el período vegetativo, puede tomar algunas medidas para proteger Pie de lobo de las heladas o los daños causados por el frío. Si cultivas Pie de lobo en un contenedor, puedes colocarlo en el interior, con luz indirecta y brillante, hasta que las temperaturas vuelvan a superar el umbral inferior. Otra opción más adecuada para Pie de lobo plantada en el suelo es utilizar mantillo o tejido hortícola para crear una barrera aislante alrededor de la planta, que la protegerá de las heladas y del viento frío. Para temperaturas superiores a 80℉(27℃) a la sombra durante el día, procure exponer Pie de lobo sólo a seis horas o menos de luz solar al día, preferiblemente por la mañana. Colocar una tela de sombreo, o una fina malla de plástico, puede ayudar a reducir la cantidad de luz solar directa que incide sobre la planta durante las horas más calurosas del día. También puede instalar un sistema de nebulización que permita una liberación lenta de vapor refrescante alrededor de la base de la planta durante el día para reducir las temperaturas del suelo.
Recomendaciones de temperatura en la temporada de letargo para Pie de lobo
Durante los fríos meses de invierno, Pie de lobo necesita cierto grado de frío para permanecer en letargo hasta que llegue el momento de brotar. Brotar demasiado pronto, es decir, antes de que pase el peligro de la última helada, puede ser fatal para Pie de lobo, sobre todo si ya tiene ventaja cuando llegan las heladas. Lo ideal es que las temperaturas invernales se mantengan por debajo de 32℉(0℃), pero si llegan a 40℉(5℃), todo irá bien. Un periodo de calor inesperado durante los meses fríos, que puede ocurrir en climas más templados como las selvas tropicales, puede desencadenar un brote prematuro de Pie de lobo. En este caso, si todavía hay peligro inminente de heladas, puedes probar a cubrirlo con plástico transparente sobre estacas para que el frío tenga menos posibilidades de dañar el nuevo brote. Este montaje puede retirarse cuando haya pasado el peligro de heladas. Ocasionalmente, Pie de lobo podrá rebrotar en el momento adecuado sin ninguna ayuda, pero este método aumenta las posibilidades de éxito de una segunda brotación.