Palma de Madagascar
Aunque su nombre y su forma digan lo contrario, la palma de Madagascar no es una palma, sino una suculenta. Por otro lado, a medida que la palma de Madagascar crece, se va desprendiendo de sus hojas inferiores y las reemplaza por espinas; este mecanismo es el que le permite crear hojas nuevas ahorrando energía en el proceso. ¿Una última curiosidad? Las hojas nuevas tendrán un tamaño proporcional a la planta, es decir, cuanto más alta sea, más grandes serán los nuevos brotes.