Las necesidades de Hiedra Venenosa en el exterior proceden de la lluvia, y sólo el tiempo seco persistente requiere riego. Durante las estaciones de crecimiento de primavera y otoño, el suelo debe mantenerse húmedo pero no empapado, y la alternancia de condiciones de suelo seco y húmedo permitirá que la Hiedra Venenosa crezca bien. Durante el verano, el calor puede hacer que el agua se evapore con demasiada rapidez y, si no llueve, tendrá que regar con más frecuencia y más agua para mantenerlo húmedo. Por lo general, el Hiedra Venenosa necesitará menos agua durante el invierno. Como a las Hiedra Venenosa se les caerán las hojas y entrarán en letargo, puedes ponerlas en una mezcla de tierra que drene bien pero que retenga la humedad, como la terracota, para ayudar a que el agua se evapore más rápidamente. Una vez que tu Hiedra Venenosa que crece en el exterior empiece a deshojarse y a entrar en reposo vegetativo, puedes saltarte el riego por completo y, en la mayoría de los casos, Hiedra Venenosa puede confiar en las lluvias de otoño e invierno para sobrevivir durante todo el periodo de reposo vegetativo. Después de la primavera, puedes cultivar tu Hiedra Venenosa y animarla a crecer y florecer cuando la temperatura sea más cálida. Debes asegurarte de que el drenaje sea bueno en todo momento, especialmente durante el invierno. Cuando la planta está en maceta, el crecimiento de las raíces es limitado. Manténgalas bien regadas, sobre todo si están plantadas en maceta durante el verano. No les gustan las raíces frías y húmedas, así que proporcióneles un drenaje adecuado, sobre todo si aún están creciendo. Siempre es mejor regar sus Hiedra Venenosa con diligencia. Ponga todo el sistema radicular en remojo profundo al menos una o dos veces por semana, según el tiempo que haga. Es mejor evitar los riegos poco profundos que lleguen a las hojas, ya que suelen favorecer la aparición de hongos y no llegan a las raíces. No dejes que las Hiedra Venenosa 's se sequen por completo en otoño o invierno, aunque ya estén en reposo vegetativo. No ahogues las plantas porque, por lo general, no les gusta estar demasiado tiempo en agua. Pueden morir durante el invierno si el suelo no drena bien. Además, aplica mantillo siempre que sea posible para reducir el estrés, conservar el agua y favorecer una floración sana.